España entra en el top 10 global de edificios sostenibles
Deimos Estadística contribuye a través de sus encuestas de Movilidad LEED a conseguir estos certificados de edificios sostenibles de LEED del US Green Building Council.
La fiebre por la sostenibilidad y la eficiencia energética se consolida cada vez más en el sector inmobiliario español, que gracias al impulso de los grandes fondos, socimis y propietarios de edificios, ha logrado posicionar a España entre los diez países más comprometidos con el medio ambiente.
La evolución del sector hacia un mundo más verde puede medirse a través del crecimiento que están teniendo en nuestro país las distintas plataformas de certificación, que ponen nota a los edificios basándose en el impacto que estos generan al ecosistema y también a los usuarios de los inmuebles. Según los datos recabados por elEconomista, España se ha colado en el top 10 global de sellos tan destacados como Leed, Breeam o Well.
«Europa está liderando la batalla por la sostenibilidad», asegura Javier Torralba, director de Breeam en España, que apunta que nuestro país está sexto en el ranking a nivel mundial, tras superar una carrera de fondo. Este método de evaluación y certificación de la sostenibilidad no aterrizó en España hasta 2010, coincidiendo en el tiempo con una dura crisis. «La primera etapa de Breeam tuvo poco movimiento en cuanto a certificaciones, y las que se hicieron estuvieron muy centradas en vivienda, con unas 40 unidades entre 2010 y 2014″, explica el directivo, que señala que a la crisis económica se le sumaba, además, el bajo conocimiento y notoriedad que tenía el certificado en ese momento.
Colonial, Merlin, Redevco, Goodman, Meridia o Lar son las que más están apostando por la certificación de sus proyectos de oficinas, logística y retail
Sin embargo, a partir de 2014, coincidiendo con el despegar del nuevo ciclo inmobiliario, «el número de proyectos se ha multiplicado por 1.000, con más de 17.000 viviendas certificadas, en 188 edificios, y más de 670 inmuebles en total». Tras estas cifras se encuentra el impulso de grandes empresas, como Colonial, Merlin, Redevco, Goodman, Meridia o Lar, que son las que más están apostando por la certificación de sus proyectos de oficinas, logística y retail.
«En esta segunda mitad de la década que lleva activo Breeam en España, el incremento en certificaciones ha sido exponencial y no solo en número, también en diferentes tipologías de inmuebles. Además, estamos realizando un trabajo intenso para certificar de la mano de las distintas administraciones equipos públicos como polideportivos o escuelas», apunta Torralba, que señala que la «sostenibilidad ya no es una opción, es una obligación».
El experto no se equivoca con esta afirmación, ya que desde la Unión Europea las indicaciones son claras. El nuevo Código Técnico de Edificación obliga a todos los nuevos edificios y a los que se rehabiliten a ser de consumo de energía casi nulo a partir del próximo mes de mayo.
Ventajas de estos inmuebles
El 28% de las emisiones de CO2 procede de los edificios, por lo que la actuación sobre ellos se torna indispensable para que nuestro país cumpla con los requisitos medioambientales. El diseño y las fórmulas de construcción más sostenibles en los inmuebles reportan además una serie de ventajas tanto a los propietarios como a los usuarios de estos activos. Según los datos que maneja Breeam el ahorro energético en un inmueble certificado bajo esta metodología se sitúa entre un 30% y un 70% y la reducción del gasto del agua es aproximadamente del 40%. En el caso de un edificio de oficinas o un centro comercial, el recorte en los costes operativos es de entre el 7% y 8%.
Pero, ¿cuánto se encarece la factura a la hora construir un edificio más sostenible? Según un informe desarrollado por el Instituto Catalán del Suelo, el incremento de los costes de construcción en el caso de los edificios Breeam es de alrededor del 3,5%.
El ahorro energético en un inmueble certificado por Breeam se sitúa entre un 30% y un 70% y la reducción del gasto del agua es aproximadamente del 40%.
Desde Leed, basándose en un estudio desarrollado en California, apuntan que no necesariamente tienen que suponer un encarecimiento el construir para obtener un certificado Leed. Además, apuntan que «las mejoras sostenibles en un inmueble se pagan por sí mismas en tres años, con un Retorno Anual sobre la Inversión (ROI) que oscila entre el 25% y 40%». Asimismo, aseguran que el impacto de los edificios sostenibles en la productividad son muy elevados, lográndose mejoras de entre un 2% y un 16% en los empleados de las oficinas o un incremento de las ventas de un 40% en las tiendas por metro cuadrado. Además, los resultados en los exámenes en los colegios mejoran en un 20%.
Más allá de la conciencia medioambiental y al margen de estos ahorros y mejoras, que realmente generan beneficios más directos para el inquilino de los inmuebles, «la razón fundamental por la que las empresas apuestan por la certificación es la facilidad que esta les genera a la hora de rotar su cartera y vender los inmuebles en un futuro», explica Aurelio Ramírez, presidente de Spain Green Building Council, entidad que gestiona Leed en nuestro país. «Los fondos de inversión inmobiliaria así como los REITS desde 2005 tienen prioridad de invertir en certificación Leed por que aumenta el valor para sus carteras», destaca Ramírez.
Leed aterriza en España en 1998 en una fase piloto, pero no será hasta 2006 cuando se completó el primer certificado de un edificio. «Metrovacesa fue la pionera en nuestro país con el parque empresarial Alvento, que convirtió además en el primer edificio certificado Leed en toda Europa y segundo de Iberoamérica», concreta el directivo, que asegura que «España cerró el 2019 liderando el ranking europeo y avanzó a noveno puesto a nivel global en edificios registrados en el Programa Leed».
En el caso de este sello, no fue «hasta el 2008 cuando empezó a tirar el mercado con fuerza. Con la crisis no se vendía todo y por tanto tener este certificado suponía un impulso». A diciembre de 2019, España cuenta con 378 certificados Leed, de los que la mayor parte -cerca de 250- son edificios de oficinas, seguidos con mucha diferencia de activos retail e industriales.
El mundo inmobiliario, que es un mercado tradicional de fondos, necesita una taxonomía y una forma de identificar que edificio es sostenible
Por su parte, Dolores Huerta, Secretaria Técnica de Green Building Council España, que gestiona el certificado Verde, apunta que «la financiación sostenible está muy en boga en todo el sector financiero, todos están buscando la manera de invertir fondos para descarbonizar sus carteras y esto lo hacen a través de proyectos que dan garantía de sostenibilidad. El mundo inmobiliario, que es un mercado tradicional de fondos, necesita una taxonomía y una forma de identificar que edificio es sostenible y cual no y la manera optima de hacerlo son las certificaciones».
Según la experta, «en los últimos años hemos vivido un aumento de fondos de inversión que querían y exigían esa garantía por ejemplo a las socimis, que han impulsado la certificación de sus carteras, principalmente por este motivo». Verde, que nació en 2008, ha registrado un importante crecimiento en los últimos años hasta alcanzar al cierre de 2019 los 63 edificios certificados.
Impacto en la salud
Otro de los certificados que más desarrollo está teniendo en los últimos años es el de Well, que se diferencia de los anteriores por centrarse en los usuarios del inmueble, ya que «en lugar de medir el impacto del edificio sobre el medio ambiente, lo que mide es el impacto sobre la salud y el bienestar de las personas», explica Bieito Silva, responsable de la certificación Well en España, que apunta que en muchos casos, este sello es complementario con el de Breeam o Leed.
Well nace a finales de 2014 en Estados Unidos y no será hasta el 2018 cuando empiezan a registrarse proyectos de manera más activa en nuestro país. Si bien, el ritmo de crecimiento es tan exponencial que en apenas un año España se posiciona séptima en el ránking global con 9 certificados y 74 en proceso. Hasta el momento CBRE y GMP son las dos compañías más activas en esta certificación, con dos edificios cada una de ellas.
«Se trata de una certificación joven, pero por la experiencia que se ha recogido en otros países se puede demostrar que además del beneficio que aporta a la salud de los empleados, también las empresas se ven beneficiadas, ya que se produce un menor número de bajas laborales y la productividad es mayor», explica Silva. Hasta ahora, el mayor número de proyectos para esta plataforma es de oficinas, si bien, «en España también se están certificando hoteles y poco a poco entran viviendas en alquiler, en las que la gestión permanece en manos del propietario», concreta.
Artículo de Alba Brualla publicado en Eleconomista.es